14 dic 2006

Tan sólo para callar vive el alma.
De la voz que me destinas,
del eco lejanísimo que guardas,
se desprenden mil promesas:
todas para alejar al alma.
Gritos implacables,
músicas terráqueas:
basta con escuchar sin decir nada.
El alma, por sí sola,
sabe responder al alma.
De su intención se guarece
en los verdores que calla;
si actuara acaso su palabra
una brisa fría soplaría hasta matarla.
Para callar vive como muere
porque en todo cuerpo todo habla.
Y si tu cuerpo dice para amar,
para soñar dice el alma.
Para soñar tu imagen,
aunque tu imagen diga todo
cuando todo quiere decir nada.
El sueño es un relámpago,
el amor, una palabra.
Si tu alma dice para soñar
la verdad dice cuando calla.