15 dic 2006

Tú y yo no somos nosotros.
Somos tal vez un tiempo firme
que se funde en un letargo
de ansiosas mariposas.
No somos; no, lo que vemos.
La fuerza maternal,
el ser dionisiaco; no.
Todo eso son disfraces, nombres:
miles de retazos inservibles
proyectados contra la noche.
La realidad es siempre otra.
El solo hecho de mirarte
implica tantas cosas; amarte
sí; pero sólo por no saberte,
por creerte siempre sombra.
Verme en ti como en los días
decididos a tornarse, y así
verte en mí, como la brisa,
capaz de apaciguarme.

Tú y yo no somos este enigma,
ni el perfecto corazón de la rosa.
Tú y yo buscamos entre sombras.