En la noche

Mientras dure este lugar,
eres libre. 

Por tanto, podrías vengarte.

Podrías incendiar a gritos
los lejanos bosques de tu infancia
si la noche no acabara nunca.

Aquí estáis solo tú y los demás bebedores,
y vuestra sed se hace de sombras,
como de sombras se hará siempre

la amistad más duradera.

Aquí nada puede arrodillarte.

Permite que el violento drama continúe.

Evolución

La criatura se amaba desde siempre.

Expresaba desde su desnudo 

el sentimiento perfecto.

La criatura veía en sí la perfección,
y eso la alentaba
a seguir siendo
la perfecta criatura mezquina.

Para no hablar sin decir nada

Gritar. ¿Qué es gritar?
Aquí todo es delirio.
Y no puedo preguntar,
la respuesta más común me haría daño.
Si por mí fuera,
gritaría a cada rato.
Diría cuanto sé a gritos.
Pero el aire no recuerda otro sentido.
Y no he forjado mi silencio a fuego
para que el signo equivocado
se quiebre como estigma en mis oídos.

Refugios

Mi no-palabra,
mi mentira perfecta,
mi sueño por soñar
cuando no pienso lo que pienso.

Nada eres, en nada crees,
para nada dices tu vergüenza.

Te niego, y eres esto: 

el mejor veneno.

La caída más leve
hacia una realidad
demasiado fea.

Lo sensible

No reacciono
de manera poética
ante la crueldad.

Disfrutar con el dolor propio o el ajeno,
no está bien,
no es correcto.

Preferible es
que el alma corrobore
su propio espanto.

Que huya hasta alcanzar 

el reino de la ciencia.

Huir

Da vergüenza haber nacido aquí,
en este brutal zoológico.

Pero la idea de morir aquí,
resulta todavía más insoportable.

La entrada

Me pidió que le ofreciera
aquella entraña luminosa
que es la poesía.

Le mostré la mediocridad de todo esto.

A continuación

le pedí
que experimentara un poco de vergüenza.

Vergüenza del espectro

Fingía estar vivo.

Los largos meses
se desvanecieron en años,
después cerraron con llave
el féretro de la misericordia.

Aun así, seguí fingiendo.

Tenía ojos para ver,
y un cuerpo inútil para temblar.

Pero cayeron como yo las máscaras.

Y los demás muertos 

me enterraron aquí, 

en esta casa tan blanca.

Aquí veo pasar a diario
funerales que ruegan por mí,
que nunca entendí nada.

El mal camino

Demonios guardan en la Noche
el más puro amor a la verdad.

Si te llaman, ve con ellos.

No hallarás en estos tiempos
fulgor más poderoso.

Sobre la lentitud

Dóciles,
circunstancialmente dóciles.

Pero la circunstancia es
tan larga
como la propia vida.