I
Una escala de valores no es una lista impoluta de buenos deseos para Navidad. Nuestros valores tienen mucho más que ver con la culpa. Con la propia o con la que nos hiciera sentir la negligencia de los demás. Tienen mucho que ver también con el aprecio traicionado y con el nivel de exigencia que nos imponemos a nosotros mismos para que nada de eso suceda nunca más.
II
Superar la culpa puede pasar por echársela a los demás o por el exceso mismo de que los demás actuen ante nosotros como si la culpa, en un ardid nefasto, fuera suya y solo suya para siempre.
III
"Benditos los que la soledad hace inocentes", decía Djuna Barnes en su bosque de la noche. A esa intuición, que solo puede referir un espacio neutro y transitorio, quisiera dedicar de nuevo el resto mis días.
Si al final me es imposible, quede al menos la tolerancia y el respeto que nosotros, los culpables, ofrendamos a los dioses implacables en las tardes más oscuras.
Una escala de valores no es una lista impoluta de buenos deseos para Navidad. Nuestros valores tienen mucho más que ver con la culpa. Con la propia o con la que nos hiciera sentir la negligencia de los demás. Tienen mucho que ver también con el aprecio traicionado y con el nivel de exigencia que nos imponemos a nosotros mismos para que nada de eso suceda nunca más.
II
Superar la culpa puede pasar por echársela a los demás o por el exceso mismo de que los demás actuen ante nosotros como si la culpa, en un ardid nefasto, fuera suya y solo suya para siempre.
III
"Benditos los que la soledad hace inocentes", decía Djuna Barnes en su bosque de la noche. A esa intuición, que solo puede referir un espacio neutro y transitorio, quisiera dedicar de nuevo el resto mis días.
Si al final me es imposible, quede al menos la tolerancia y el respeto que nosotros, los culpables, ofrendamos a los dioses implacables en las tardes más oscuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario