Empezó
 a interpretar que algo estaba haciendo mal. Lindaban con la locura sus 
razones para ello. Si en su conducta estaba todo más o menos bien, si en
 verdad se había esforzado por hacer lo correcto para los demás y para 
sí mismo, entonces era del todo inconcebible que estuviera recibiendo a 
cambio tantísimo desprecio e indiferencia.
 
