Otra teoría
La
educación es un espacio convenido. Toda actuación puramente educada es
fácilmente interpretable de manera unívoca. A este tipo de
comportamiento se contrapone la conducta espontánea, cuya intención
tiene siempre tantas interpretaciones como receptores tenga el individuo
a la hora de actuar de tal o cual manera.
Toda actuación
espontánea es en sí misma un misterio irreductible en cuanto a intención
y consecuencia. Así hallaremos excesivamente anulado por ese mismo
misterio, a todo el que atraviese un trance personal demasiado complejo
en un determinado momento de su vida.
En el extremo opuesto,
podríamos ubicar al "muerto en vida"; aquel cuya educación posiblemente
fuera prevista de manera extremadamente férrea, sin ningún margen de
"error" en su conducta. En el mejor de los casos, este tipo de
individuos se rebelarán en la adolescencia contra toda manifestación
represiva de sus emociones, pudiendo llegar a la problemática de una
impulsividad conductual descontrolada. Obteniendo una identidad
emocional propia en tal proceso catártico de la rebeldía, podrá
continuar su existencia de manera plena y como dueño de sí.
En
caso de ser coartado una y otra vez en su empeño de obtener dicho margen
de libertad y control sobre sí msmo, o en el supuesto de que dicha
liberación acabe siendo un proceso traumático, el individuo podría tener
serias dificultades a la hora de experimentar su esencia vital como un
don propio, sagrado e irrepetible.
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