el
imperfecto, enrarecido,
el
que agrava nuestros gestos.
Dónde,
si no el nuestro.
Cualquier
año de este siglo
dejaremos
de soñar
tenues
y almíbarados,
para
dar por fin con nuevas
y
dementes profecías.
¿Recuerdas?,
dime que recuerdas.
Era
un cuerpo que entregaba su desnudo
como
si ya entonces careciera de alimento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario