Pero hagamos un pacto:
cualquier cosa que digamos,
soñemos o juzguemos,
se hallará siempre sujeta
al contradictorio empuje
que dicte la expresión de nuestro ánimo.
cualquier cosa que digamos,
soñemos o juzguemos,
se hallará siempre sujeta
al contradictorio empuje
que dicte la expresión de nuestro ánimo.
Dejemos la verdad empírica
como pasatiempo innecesario
para las tranquilas tardes de aislamiento.