11 jul 2012

Diatriba

Cada vez que intento moralizar, encuentro la absolución lógica para mis pecados en el abuso -tan consentido en tiempos no lejanos- recibido por parte de quienes debían educarme. El problema es que el tan sofisticado equilibrio vital, suele venirse abajo cuando intento comprender las razones de los que pudieron actuar siempre impunemente contra mi persona.

En tanto ellos sigan siendo culpables, me consideraré una víctima inocente de todo lo que se me impute.