21 jul 2012

A case of you

Estas notas tenían un sentido.

Hace meses, cortaron indefensas
la tensión dramática que a ratos contenía.

Acorazado ahora,
las escucho solo en tregua.

Ceñido como un viejo criminal
al nimio desencanto de ser civilizado,
repito blandamente en mi cabeza
la excusa que me absuelva de por vida.

Quisiera no admitir de nuevo
asombro imprevisible que suponga
haber sobrevivido entero a la catarsis.

Aunque para qué negarlo:
pese al buen planteamiento,
se pierden en su origen los acordes;
de nada sirve dar mil vueltas de campana
sobre un final preciso e imperfecto.

Añadir solo que ese piano en fuga
volverá a sonar distinto un día de estos,
no importa lo que diga el primer verso.

Al menos escribí algo nuevo de mi historia.
Para qué avergonzarse del comienzo.