Crisálida
Una conversación lanzada al aire, sobre el arrepentimiento, la piedad y
la culpa. Un rostro deformado, el resto de la angustia alimentada
cruelmente. Cualquier bandera blanca anunciando la victoria de la
muerte.
Después, el mundo restallando dentro y fuera. Y en vosotros y en la entraña que devora toda inercia decadente.
Estoy en otro espejo. Abandono. Tan solo regresemos cualquier día a la
verdad serena: la que dictas desde lejos débilmente, apiadándote de mí
frente a los otros.
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