De mi miedo a equivocarme
Si toda forma de distinción
exige asumir el riesgo
de huir solo a contracorriente,
tal vez la normalidad consista
en acatar siempre
las tranquilizadoras leyes del vacío.
Así, aunque parezca obvio,
insisto: la única solución
a tanta infelicidad conforme,
se logra equivocando al corazón
desafiadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario