12 abr 2008

Te pierdo en mis silencios,
cuando más alta es la presencia
desconocida del secreto
que ocurre entre nosotros.
Te pierdo en multitudes,
en paseos razonados,
en conversaciones que limitan
con la palabra herida del olvido.

Te pierdo si me entregas,
abriendo valles y ventanas,
tu nueva forma de quererme.
Porque eres más de lo que entiendo,
eres sol y viento, primavera oscura,
sueño errante que abre su misterio
al despertar la duda,
no puedo darte más palabras
que las palabras en que creo.

Te pierdo porque te quiero
como se quieren las cosas
que duran mientras las miras
con los ojos del comienzo.

Y todo es empezar, me digo.

Todo es partir a diario
del despertar primero,
alzar el mundo y la palabra
como si no existiera el tiempo,
como si la muerte fuera sueño,
fábula terrible, error humano
que enmendará el deseo.

Te pierdo.
Y cuanto más te alejas,
más cerca siento
este amor difícil
que renacerá de nuevo.