20 oct 2021

Una estética para la realidad








Nada de sentimientos poéticos.

La realidad debe enseñar sus fauces,
debe obligarnos a ser como ella.

Ni tú y yo cogidos de la mano, 
ni la condición del deseo
convertida en lágrima.
 
Toda esa frágil circunstancia 
está repleta de miseria y de engaño.

Porque no existe la belleza del alma.

El alma es un desgarro,
una violenta plegaria
dirigida al Dios que no puede salvarnos.