Ellos,
los que pueden percibir nuestros pensamientos, no buscan ya el
comprendernos. El fin último de sus vínculos con nosotros dejó de procurarnos hace tiempo dicha comprensión.
Su único anhelo hacia nosotros persiste ahora en la sola idea del dominio.
Su único anhelo hacia nosotros persiste ahora en la sola idea del dominio.