23 ene 2010

Semilla

Dejó la noche en mis manos
la simiente helada
de sus valles desnudos.
Intemperie es el nombre.
Realidad es la semilla
de todo lo que se adivina
jugando a ser camino.
Yo te guardo lluvias,
melancólicas proezas,
tristes diversiones
que conducen a la muerte.

Y dejó la noche el daño
de un azul terrible
escondido entre mis versos.
La simiente germinó
cuando el dolor era invierno,
para dar de sí los jardines
de un mundo precario,
aprendido en silencio.

Yo te guardé el amor
que despierta en los arrabales
como un animal de olvido.
Pero decir intemperie
es consolarme de frío.

Realidad es el cuerpo
que apartas de esta luz,
tan blanca que es un árbol,
un reloj o esa canción
que nunca cantaré contigo.

Como la sorda respuesta
que se da a la pregunta
que jamás nos hicimos.