
Y una fe cambiante
engendrando una identidad cambiante,
y un seguir sin saber,
y un caer sin sentir que nada era nuestro.
Por qué la fuerza de los pájaros.
Por qué el rapto de la luz.
Quién de nosotros miente sin decir un nombre.
Por qué el temblor de la miseria.
Por qué aniquila la palabra la palabra.
Existo porque ciegamente creo que existo.
Esa fe destruye el interminable pensamiento,
y ese pensamiento se construye desde fuera.