17 may 2013

Demasiado humano

Lo cierto es que aquella vocación pictórica bien podía haberlo condenado. El ansia de captar la luz que percibía a través del prisma de la enfermedad, era a ratos de una intensidad violenta. Esto le llevó en no pocas ocasiones a confundir la idea de curarse con la de no volver a pintar más.