En esta isla, la realidad se impregna de una extraña nobleza ante las peores personas. Pasé mi juventud intentando descifrar, sin ningún éxito, en qué consistía esa poética. Pero para mí —y como ya he dicho: en esta isla —, el hecho de participar de esa oscura espiritualidad, es el único momento interesante de todo el maldito juego de la existencia.
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