Para comprender la belleza,
para alcanzar el trance hipnótico
en que lo poético
fluye, canta y reverbera,
es necesario haberse dado cuenta
de que la vida real
no es más que un lugar horrible.
Desde ahí, solo desde ahí,
las mentiras del arte
podrían contener
para alcanzar el trance hipnótico
en que lo poético
fluye, canta y reverbera,
es necesario haberse dado cuenta
de que la vida real
no es más que un lugar horrible.
Desde ahí, solo desde ahí,
las mentiras del arte
podrían contener
la verdad oculta y su potencia.