Fue aquí.
En esta misma casa.
Aquí pude percibir leyendo
música y espíritu
y el sentido cruel de un gran deseo.
Leer era estrictamente necesario.
En los libros sucedía la verdad,
en los libros, muerte y poesía
podían entenderse
como el lobo y la paloma
entienden sus caminos a distancia.
Seguid leyendo
hasta que el magnetismo del poema
se convierta en obsesión,
en sincera hipnosis,
en fuerzas para negar esta realidad de nadie.