Prefería la tristeza, la ternura y el humor. Su nuevo paradigma vital, el odio de estar vivo, sólo le procuraba un dolor de cabeza tras otro.
Así, cuando pasaban ante sí dos o tres días sin más, sentía que por fin estaba todo bien.
Neutralidad, sólo eso. Aunque a nadie en su sano juicio le entusiasmen demasiado los días comunes, si pasamos por situaciones personales un tanto dolorosas, agradeceremos luego lo suyo los plazos más leves del ánimo.
Así, cuando pasaban ante sí dos o tres días sin más, sentía que por fin estaba todo bien.
Neutralidad, sólo eso. Aunque a nadie en su sano juicio le entusiasmen demasiado los días comunes, si pasamos por situaciones personales un tanto dolorosas, agradeceremos luego lo suyo los plazos más leves del ánimo.