Lo primero que hará quien quiera tener poder sobre ti, será negarte
tu capacidad de reacción. Podemos suponer así una realidad
esperpéntica, en la que el soberbio coarta dicha capacidad de reacción;
mientras que el humilde ha perdido tal capacidad para siempre.
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La autosuficiencia, reacción siempre lógica ante la falta de solidaridad y de memoria.