6 feb 2010

Juicio

Comparece la bestia ante el espejo.

Limpia sus fauces, llora,
se asombra de ser; de llorar sola
la bestia se asombra. Así piensa
que sentir es una debilidad
tan insoportable, que resulta hermosa.

Comparece la bestia ante el espejo.

Se resiste a morir: recuerda.
En su interior arde una espiral de ruidos,
de imágenes dudosas,
de rostros que envejecerán
por la fugaz inercia de la vida.

Comparece la bestia…

Sonríe, no se avergüenza de creerse
superior a todos los que sufren solos
las consecuencias del dolor que ignoran.

Comparece después de suponer
que su culpa es otra circunstancia de la sombra.