A veces doy gracias por despertar
cada mañana en el mismo punto cardinal
de la inhóspita geografía de mi alma.
No obstante, ciertos días casuales,
un sueño me arrastra hacia otro sueño,
y no sé dónde puedo despertar entonces,
a veces al sur de mi conciencia, 
a veces al norte de mí mismo. 
Y entonces también doy gracias 
por no ser ya el mismo soñador 
que buscaba despertar
en el mismo punto cardinal
de la inhóspita geografía de su alma.