30 nov 2009

Beneficios de la poesía

No voy a negar que la actitud poética
es casi igual de necesaria
que la misma poesía del poeta.
Respirar el aire contaminado
tras la sombra opresiva del fracaso,
desenmarañar tanta palabra omitida,
transitar mañanas fantasmales
con ansiada posibilidad de pérdida.

Pero, sobre todo, no claudicar nunca
ante la atractiva incertidumbre,
esa vanidad artificial
del actor que representa sus virtudes
algo mejor de lo que fueran.

Solo la humilde certeza del poema
debería dejar su fuerza abierta
sobre la desnuda frente de la inconsciencia.
Y eso habría de bastar a quien comprenda.

Cualquier lector puede ser también el héroe.
Cualquier poeta, el aprendiz anónimo
que haga de su vida una proeza,
oculta la mirada fija en el poema.