21 abr 2008

Llévame, algún día,
al sur que nadie más habita…
que la soledad contigo es todo.
Contigo estoy a solas con la vida,
desmenuzando el sueño de vivirte
para que un pájaro no anuncie nuestro otoño.

Descenderé, algún día,
por la raíz temprana de tus huellas
para perderme de una vez en esa tierra
que a nadie más ofreces.
Sé que si estuviera al otro lado, contigo
la madrugada sería un festejo de querencias,
en lugar de esta extraña sombra, azul y fúnebre,
abatida con premura sobre el polvo.

Me duele el mundo cuando hablamos
y el mundo se entromete,
con su ruido huraño de cadenas,
para poseer nuestro secreto enamorado.
Me duele el mundo.

Contigo estoy a solas con el aire,
con la luz viviente y la ternura
que abrieran su camino
en nuestro febril mundo de nadie.
Contigo estoy a solas con la vida
que abriera sus balcones amarillos
al cielo ilimitado de la ausencia
que nadie más advierte.