22 ene 2022

El ocio y lo imprescindible







Jugamos clandestinos a la vida.

La vida:
salir a tientas de la cama,
trabajar ocho horas diarias,
volver luego al cubículo.

Algunos perseguimos en lugar de eso
el ocio que se da de madrugada,
los bares casi inmóviles,
la memoria sórdida del aire.

Pero entre tantas sombras y presencias
en realidad no hay nada. 

Apenas nuestros huesos de juguete
y el temblor de nuestras almas,
que no ignoran que amistad,
éxito y audacia
son ficción y niebla que alimentan
el calor de un fuego inexistente.