Imaginé la realidad como un espejo.
Y como espejo, dijo:
odiosa es tu mirada,
odiosa como el alma hambrienta
que nunca tuvo límite.
No seré yo
el creador que transforme en sueño
el frío y la miseria.
Serán sus gritos mi indolencia,
pero la realidad nunca será mía.
pero la realidad nunca será mía.