9 sept 2020

Empatía








De las duras circunstancias de los otros,
sé perfectamente
que a mí, que soy un triste,
han de tocarme y romperme.

No creo que nadie pueda
decir lo mismo de los iluminados,
de los alegres,
ni de los febrilmente positivos.

Hasta dónde yo sé, la felicidad endurece,
pues solo conduce 
hacia el centro de nosotros mismos.

Quizá por eso
solo los grandes egoístas
sepan ser felices.