Hay dos clases de escritores: los escritores vanidosos y los escritores vanidosos que tienen algo que decir.
Una imagen vale más que mil palabras... Por eso un buen poema siempre será superior a un buen cuadro. Lo será por lo que no dice.
Y al final surge la espontaneidad, que es la única actitud posible ante lo desconocido.
¿Y no será la mentira lo que acaba volviéndonos invisibles?
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