16 ago 2013

Resistencia

¿Y qué fue de los viejos amores? ¿Superaste su verdad como un adulto, ordenando tus asuntos con el sistema, aferrándote al objeto inerte, corrompiendo tu vitalidad inocente? ¿No quisiste nunca honrarlos de la mejor manera? ¿No llegaste nunca a golpear el plástico solemne de tus amistades, a destrozar la quietud de la calle para volver a ella como el salvaje que en verdad eres? 
Para maldecirla hasta que comprendiera que tu sangre no es el río donde nadie se bañó dos veces.

2 comentarios:

  1. Iván Cabrera Cartaya16 agosto, 2013

    Evocador, duro y magnífico, Diego, me ha gustado una barbaridad. Sobre todo, me ha gustado mucho el final, la solución que encuentras retorciéndole el cuello a Heráclito. Saludos.

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  2. Gracias, Iván. Siempre.

    Un abrazo.

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