La experiencia nos conduce
a contentarnos con un tiempo
ganado febrilmente a la intemperie.
Te hablo de las tardes
que debiste pasar en la terraza
de cualquier local caluroso.
...De las noches templadas con cerveza,
queriendo comprender
el casual significado de unos labios
que apenas contenían su inocencia.
Es ahí donde aprendemos,
en un lento ir y venir
desnudos hacia nuestros huesos,
la técnica insensible:
el arte improcedente
de fingirnos cada día
tan seguros como el resto.
Y así llegamos hasta aquí,
un poco más astutos
que aquellos estudiantes impacientes.
Pero igualmente convencidos
de que la pasión realizará consigo
la invisible compañía que nos une.