12 jul 2009

fe en la nada

Olvida lo que aún crees saber
acerca de los posibles días sucesivos.
Asume que todo lo que anhelas hoy
es prejuicio cegador y engaño íntimo.
Así, errando sin creer que mañana
la desgracia o la luz serán contigo,
entiende que el destino se parece
a un confuso espejo que devuelve
una imagen bien distinta a la que dejas.
Para saber afirma convencido que no sabes,
nada esperes. El mañana llega cada día
a lo más oscuro de nosotros mismos.
En el fondo, tú también habrás notado
que los hechos más definitivos
no podían haber sido de otro modo.

Entiende que hay un destino por cumplir.
Y debes aceptarlo hoy mismo,
negándote a creer lo que no sabes.