11 feb 2009

sobre la belleza

¿Cómo explicar, amigos,
la hora definitiva en que la vida,
esa tempestad caprichosa,
escoge a sus allegados, los felices,
los que se han enamorado de la lluvia,
a los más perfectos de entre los amados?

Porque ella, la hacedora terrible,
escoge sólo a los más hermosos.

Le pertenecen. Se han entregado.
Son obra del poderoso ensueño
que en la noche se alza
oscuro como un llanto aciago.

Ellos, los que más de cien veces
se verán acorralados por el odio,
por la envidia, ellos, los felices,
dependen del amor que necesitan.
Y en su necesidad, la vida duele,
impone sus llagas invisibles,
les amenaza con una soledad perpetua
gestada en la dudosa inercia de los días.