
Se cerró el mundo durante dos años.
Quedó cargado el aire
Quedó cargado el aire
de rígidas tensiones,
pero la poesía,
que así pasea por las calles,
dejó de estar ahí para salvarnos.
dejó de estar ahí para salvarnos.
Así quedó la tempestad en suspenso.
Se cerró el mundo,
y pasarán cien años desde entonces,
y jamás sabremos quiénes éramos
sin un nosotros
que ocultase nuestra individualidad.
Pues qué seremos cuando lo corriente falle,
y un temblor nos desdibuje
contra nuestra propia determinación de sangre.