
No pueden ir al paraíso cuando mueren,
pues carecen en su sueño hermético
de lo que llamamos alma.
No necesitan de los ángeles atentos,
y ningún demonio puede
poner su corazón a prueba.
Algunos de nosotros sí tenemos alma,
No necesitan de los ángeles atentos,
y ningún demonio puede
poner su corazón a prueba.
Algunos de nosotros sí tenemos alma,
y quisiéramos ser cuando atardece
un rumor de hojas desapercibidas
que no pudiera presagiar su propia muerte.
un rumor de hojas desapercibidas
que no pudiera presagiar su propia muerte.