
La muerte estaba en todas partes,
como dicen que lo está la vida.
Teníamos temor en la mirada,
y furias en la periferia de la soledad,
y espectros bajo los estantes.
Quedó cerrado el pequeño mundo,
y la muerte caminaba
acompañada de sí misma,
desdoblándose
como los demenciales pensamientos
de un idiota sin futuro.
Estaba en todas partes:
la muerte con sus párpados de fuego,
la muerte con su rictus sin sentido.
y furias en la periferia de la soledad,
y espectros bajo los estantes.
y la muerte caminaba
acompañada de sí misma,
desdoblándose
como los demenciales pensamientos
de un idiota sin futuro.
Estaba en todas partes:
la muerte con sus párpados de fuego,
la muerte con su rictus sin sentido.
La ignorada muerte
con su vieja forma de mentirnos
para remediar el miedo.