
Porque la ciudad es cada vez más traicionera,
deberías alumbrar soñando
a los íntimos demonios de tu sangre.
Enuncia para ello cada tarde,
cada vergonzosa tarde que conquistes,
Y aduéñate de la insensible reacción de la venganza.
Porque la ciudad es cada vez más traicionera,
una oración sombría y anhelante.
Y aduéñate de la insensible reacción de la venganza.
Porque la ciudad es cada vez más traicionera,
cada vez más insufrible y miserable,
ensombrece cuanto puedas
tu sentir y tu inestable sensatez.
Y remueve desoladamente,
como desoladamente la conciencia
remueve las impúdicas verdades de la sangre,
tu violenta condición de mártir.