28 abr 2022

Patria








He intentado merecer un padre rico.

Lo he intentado inútilmente,
como se intenta ser alto
o un ejemplo para los mejores.

El que fue mi verdadero padre,
murió hace casi veinte años. 

Ha llovido mucho desde entonces.

El que fue mi verdadero padre,
no era rico,
tampoco pobre como yo lo he sido. 

No me regaló una sombra estilizada, 
ni la feliz estampa de los bienaventurados.

Pagaba el alquiler y las viandas,
y rara vez decía nada sobre sus temores. 

Extrañé durante años
la común seguridad que a ratos transmitía. 

La extrañé inútilmente, 
como se extraña un salvavidas
en mitad de la tormenta
que amaina solo para desterrarnos.