Un Sol urbano,
gris como el cabello de los muertos,
me obliga a seguir contemplando.
He tenido ese Sol en mi silencio,
como pájaro que devora el cielo negro.
Y he seguido contemplando, y la ciudad ignora
cuántos pensamientos han caído de su mano.
Mirad también vosotros:
esta nada es el mundo,
hemos sido demasiado audaces
contra algo que no ha sido
calculado para herirnos.
Imagen: acrílico sobre papel a2