La sensibilidad requiere muchísimo de la humildad. No se puede mirar a alguien desde arriba y sentir algo poético por ese alguien al mismo tiempo. Como mínimo, y es ahí donde la verdadera humildad se vuelve interesante, hay que mirar a ese otro de frente.
***
Pero enamorarnos así, con treinta años de derrotas a la espalda, sólo puede dar de sí dos criaturas demasiado hermosas.
Demasiado, amor. Sí. Demasiado.