2 sept 2009

recuento de casualidades

El hermoso poema desnudo de intenciones
que esa buena noche imprime en tus silencios.

El estío, que aparece en todo lo que nombro,
con hermética apariencia de nostalgia.

Las tardes que he soñado con ser viejo.

El alba, mineral de lo posible,
que no termina nunca de formarse
en la gruta sucesiva de la sombra.

El cielo y la tierra que he perdido.

El ángel que esperé mientras callabas.

Todo esto lo sabía cierto
hasta el día señalado en que el azar,
deidad olvidada por los muertos,
dispuso ciegamente de mi vida.