llorando de vergüenza
en medio del infierno.
Y también la desmemoria,
también la luna detenida,
y el arte de soñar, y la palabra
que no debe curarte hasta no herirte.
También un incómodo silencio
cerrándose ante las puertas de la noche.
Todo esto nos concierne. Todo esto.
Una simple estatua de sal,
terrible e indefensa,
ha llorado de vergüenza por nosotros,
que vivimos la hora más oscura
habituados a las soledades del espejo.
Y mañana olvidaremos ese cielo
que parece presagiar nuestra caída.
Y también el calor de todo invierno,
las huellas que conducen al principio,
y el dolor, las respuestas vanas, y la duda…
Hasta la senda que no debimos recorrer
como tristes favoritos del recuerdo.
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como tristes favoritos del recuerdo.
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