25 feb 2008

He habitado todos los poemas.
Existo en la sombra,
en el número incalculable,
en el agua que si fluye
corre hacia la muerte,
porque no puede llegar
al mar que es su destino.

He vivido tras la noche,
tras espejos rotos,
ante tu dulce rostro:
he vivido donde sólo duele
el enigma de estar vivo,
la verdad de no ser otro.

Han pasado los días,
los años y el fracaso,
la sombra de otro sol
que añoro a cada rato.

Te tuve, y el olvido
me tuvo de su mano.
Te tuve mientras supe
que no tenerte nunca
sería mi epitafio.

Y ha pasado la vida,
ha pasado la noche.
Ha pasado el amor,
la nada y mis hallazgos.

Mas sigo sin saber
si la muerte me llamaba
por amor a la desgracia.
Sigo sin saber
si amar es mi destino,
si el destino es esa fuerza
que me arrastra hacia el abismo
de ser todo o no ser nada.