29 mar 2015

Convenciones del combate

Hay dos formas de ganar el respeto de nuestros allegados. Una es a bofetada limpia. La otra, a través de la propia calidad humana.

En contra de lo que pueda parecer a priori, ambas formas se parecen más de lo que nos gustaría.

Cuando carecemos de calidad humana, todo se resuelve de la otra manera.

Cuando son los otros los que carecen de eso mismo, y no hay posibilidad de alejarnos mil millas de la brutalidad, no queda más remedio que arreglarlo todo a golpe de látigo.

Es entonces cuando la criatura sombría comienza a suponer la existencia de los ángeles.