22 jul 2013

Psicoanálisis

Asuma ud. que está enfermo. Esto es: véase como un enfermo, camine como un enfermo, actúe como un enfermo. Solo entonces podrá medicarse correctamente por el bien de la sociedad. Sea listo. No se rebele. No se le ocurra decir que tiene las mismas capacidades del resto. Ud. es un poco inferior. Pero no se preocupe: solo un poco.

Y haga feliz a su psiquiatra. Y a sus amigos. Y a sus enemigos también. Solo cuando vean que se autocompadece hasta la náusea, se darán cuenta de que por fin se está curando. Porque ud. tiene que curarse. Llegará el día en que todos los enfermos bailen y se desnuden como personas corrientes. ¿Que por qué? Porque sí. Porque nos importa su felicidad. Nos importa muchísimo. Demasiado, dirá ud., que no sabe absolutamente nada de la vida, que solo se dedica a vaguear y mirarse el ombligo, y que a veces cree vivir en el mejor de los mundos posibles.

Asuma ya su enfermedad honradamente. Desde este mismo segundo, para siempre; que nadie diga nunca: otra vez será mejor de lo que era.