24 feb 2012

Damas y Caballeros

Este viejo resentimiento hacia lo femenino tiene muchas notas amargas. La más grave es aquella que advierte que todo el mal que una mujer le hace a un hombre, pudo darse mucho antes del mismo modo desde otro hombre hacia esa misma mujer. Y aún podría darse otra vez en sentido contrario.
 
Yo, por mi parte, sigo tratando de recomenzar a diario buscando la opción más concreta: la que hace de toda mujer la persona que es, no la que podría ser si estuviera presionada por las mismas circunstancias que atribulaban a la que arrojó contra mí la primera piedra.