2 feb 2010

Ventanas

Han asesinado al espectro inocente
que inundaba de lluvia este silencio.

En las calles desiertas, la aurora se resarce
de cuantas noches ateridas desnudamos.
Y para no merecer lo que no es de nadie,
la luz ya esconde la verdad de lo que fuimos.

Habrá canciones bajo el sol. Y un vertedero
que esconda la discreta flor de la derrota.

Yo digo que es un crimen remediar
el modo en que la vida nos escoge,
cántaro mortal de imposiciones,
en la hora que ha de amanecer bajo la lluvia.

Han asesinado aquel vestigio indemne
de amor por siempre enemistado
con la fuerza primitiva de los héroes.

Y quisiera pasear por las calles desiertas…
Pero toda mi esperanza se reduce a un árbol
que crece hacia la infancia recurrente del mirlo.

No tengo elección. No hay secreto más fugaz
que el mismo que la muerte no podrá contarnos.

El crimen nos aguarda en la memoria
de los peces traslúcidos,
de los tristes animales desollados
en las noches que impacientan nuestras lunas.

Nunca tuve otra forma de entenderte,
vida precaria que alzas tu dolor más claro
cuando todas las ventanas se cierran en tu nombre.