9 feb 2010

Últimas nociones del alma

Sublimar el paisaje en la luz.
Negar la identidad,
esa mentira convencional y metódica.

Limpiar la brisa de miserias
para ver la realidad en todas partes,
en cada grieta vacía de verdores.

No ha de quedar resto de mí
cuando los ojos cierre frente al mar.
Solo el mar. Su imposición celeste de luciérnagas.
Su emoción cautiva por formas vitrales.

Sublimar el paisaje en la luz.
Ser solo objeto,
creación subjetiva que interrogue
la edad de los sentidos, fuerza hermética
que lentamente se abandone a su secreto.

Sea lo existente un espejo
capaz de reflejar la soledad de la materia.

Y en esa soledad seamos huérfanos
de un dios, casi tan corriente como absurdo,
que no ha de juzgar más nuestra su mentira
cuando respiremos el sentido de sus dudas.